Índice
Ø Lluvia
Ácida
Ø ¿Cómo se
mide?
Ø ¿Cómo se
puede reducir la lluvia ácida?
Ø Casos
Los contaminantes atmosféricos,
sobre todo el bióxido de Azufre y los óxidos de Nitrógeno, pueden ser
absorbidos por las gotitas de agua de las nubes y transformarse en ácido
Sulfúrico y ácido Nítrico respectivamente. Estos Ácidos, en forma de vapor o de
pequeñas gotas pueden viajar grandes distancia y caer en forma de lluvia acida
muy lejos de su lugar de origen. Ello a menudo provoca daños medioambientales
en ámbitos que superan las fronteras nacionales.
Cuando el aire es seco, el bióxido de azufre y los óxidos de nitrógeno no se convierten en ácidos de manera inmediata y pueden permanecer en su estado original durante largos periodos. Importantes cantidades de estos compuestos se depositan en forma de gas o de diminutas partículas en el proceso conocido con el nombre de depósito seco.
¿Cómo
se mide la lluvia ácida?
La lluvia ácida se mide según la
escala de "pH", potencial hidrógeno. Cuanto más bajo sea el pH de una
sustancia, es más ácida.
¿Cuáles
son los efectos de la lluvia ácida?
Los efectos ocasionados por la
lluvia ácida dependerán de diversos factores, como el grado de acidez del agua,
la composición química del suelo y su capacidad de "amortiguación",
así como de las características de los organismos vivos afectados.
La deposición ácida contribuye a la reducción del pH en ecosistemas terrestres y acuáticos y permite la movilización de metales tóxicos, especialmente del aluminio. Esto ocasiona una variedad de efectos, como son daños a bosques y suelos, peces y otros seres vivos, materiales de construcción y a la salud humana. Asimismo, la lluvia ácida actúa reduciendo la visibilidad.
En los bosques, la lluvia ácida produce
daños al descomponer los nutrientes del suelo, dificultando el crecimiento
natural de los árboles. El daño se puede extender a los pastos de las praderas,
perjudicando al ganado, y a los lagos, pudiendo ocasionar la muerte de gran
cantidad de especies acuáticas.
Los efectos de la lluvia ácida en
el suelo pueden verse incrementados en bosques de zonas de alta montaña, donde
la niebla contribuye a aportar cantidades importantes de los contaminantes
ácidos.
La lluvia ácida contribuye a la degradación
de los materiales de construcción y artísticos (mal de piedra) y la corrosión
metálica. Los monumentos y edificios son sensibles a la acción de la lluvia
ácida. Muchas ruinas han desaparecido o están por de hacerlo, a causa de este
factor.
El daño que produce a las
personas es principalmente indirecto, mediante el consumo de peces y agua
potable contaminados por la lluvia ácida.
¿Cómo
se puede reducir la lluvia ácida?
Para reducir la lluvia ácida es
necesario disminuir la emisión de los compuestos químicos que dan origen a los
ácidos, es decir, de los precursores de los ácidos, los cuales son
principalmente el bióxido de azufre (SO2) y los óxidos de nitrógeno (monóxido
de nitrógeno, NO, y bióxido de nitrógeno, NO2).
En la actualidad se puede
disminuir la formación de SO2 eliminando el azufre de los combustibles
fósiles o atrapando los SO2 antes que se emitan a la atmósfera,
mediante reacciones químicas que los transforman en especies químicas menos
reactivas. La utilización de convertidores catalíticos disminuye la formación
de NO y NO2, puesto que reducen dichos óxidos a N2 y O2.
Casos
Esta lluvia ácida, explicó Víctor
Hugo Páramo, director general de Gestión Ambiental del Aire de la Secretaría de
Medio Ambiente del Distrito Federal, afecta principalmente el entorno urbano y
ecológico.
El Distrito Federal tiene un
promedio de 146 días de lluvia anualmente, es decir que cada año durante 29
días, la ciudad recibe precipitaciones contaminadas.
El especialista señala que
monumentos y edificios históricos de metal, mármol y cantera resultan afectados
y su superficie comienza a deteriorarse al ser expuesta a los contaminantes.
Estos materiales comienzan a presentar daños aceleradamente e incluso a partir
de los 5 años de estar en contacto con la sustancia ya presentan afectaciones
visibles.
Además, el fenómeno altera las
condiciones de la tierra de cultivo y las de los lagos y las partículas de
ácidos (precursoras de la lluvia ácida) llegan directo hasta los pulmones de la
población, lo que puede generar algún daño a la salud a largo plazo.